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Pan de papa, medallón de carne, queso tybo, rúcula y albahaca fresca, aceitunas negras en rodajas, tomates cherry confitados y papas fritas caseras. Hamburguesa para arrancar la noche lento pero seguro: cremosa, fresca y con un final salado que invita a otro bocado.

Pan de papa, medallón de carne, queso fontina, rúcula, pepinos encurtidos, cebolla caramelizada, panceta crocante y papas fritas caseras. Dulce, ahumada y bien intensa: una hamburguesa para quienes disfrutan que la noche venga con panceta y cebolla al límite.

Pan de papa, medallón de carne, cheddar fundido, morrón asado artesanal, cebolla morada en crudo, lechuga mantecosa, alioli suave y papas fritas caseras. El clásico criollo pasado por Instinto: queso, morrón asado y alioli suave que se queda dando vueltas en la memoria.

Pan de papa, medallón de carne, provoleta, huevo a la plancha, lechuga, tomate, chimichurri al limón suave y papas fritas caseras. Una bomba de sabor: huevo, provoleta y chimichurri al limón en un combo que despierta todo tu instinto carnívoro.

Pan de papa con queso, medallón de carne, queso fundido, rúcula fresca, reducción de frutos rojos al malbec y papas fritas caseras. Hamburguesa firmada con vino: frutos rojos y malbec en un pacto dulce-salado para los devotos de la medianoche.

Salchicha alemana en pan brioche con queso, tomates cherry confitados, aceitunas negras, albahaca fresca, alioli de ajo y limón y papas fritas caseras. Un viaje corto al Mediterráneo: fresco, cremoso y perfumado, pensado para comer con una mano y brindar con la otra.

Salchicha alemana, cebolla morada encurtida, morrones, salsa BBQ ahumada, mostaza Dijon y papas fritas caseras. Picante, ahumado y con carácter: un pancho que mancha la camisa… y no pide perdón.

Salchicha parrillera en pan brioche, provoleta fundida, cebolla salteada, chimichurri suave con un toque de limón y papas fritas caseras. Sabores de parrilla a cualquier hora: provoleta, chimichurri suave y pan brioche para seguir despierto un round más.

Salchicha alemana en pan brioche con queso, provoleta fundida, cebolla caramelizada al malbec, rúcula fresca, salsa criolla y papas fritas caseras. Campo y ciudad en el mismo pan: malbec, provoleta y salsa criolla en un bocado que truena en la boca.

Masa madre, salsa de tomate casera especiada, muzzarella fresca, lluvia de orégano y aceite de oliva. Nuestra base ritual: masa madre, tomate, muzza y orégano para arrancar el juego sin distracciones.

Masa madre, salsa de tomate casera, muzzarella, rodajas de tomate natural, ajo y orégano. Clásica pero indomable: ajo, tomate y muzza con ese toque rústico que pide vino y charla larga.

Masa madre, salsa de tomate casera, rúcula fresca, lluvia de parmesano, almendras tostadas y tomates cherry confitados. Fresca, crocante y con actitud: rúcula, parmesano y almendras en una pizza que se come sin culpa.

Masa madre, salsa de tomate casera, panceta crocante, cebolla blanca caramelizada con miel, pimienta negra, queso crema batido con limón y reducción de aceto balsámico dulce. Dulce, salada y levemente adictiva: panceta, cebolla a la miel y aceto en una pizza diseñada para pecar.

Masa madre, doble queso muzzarella, abundante cebolla blanca, aceite de oliva, pimienta negra y panceta crocante. Cebolla a lo bestia, muzza al borde y panceta crocante: una fuga que se come con las manos y sin apuro.

Masa madre, salsa de tomate casera, mozzarella, almendras tostadas, cebolla caramelizada, panceta dorada y reducción de malbec. Provolone, malbec y almendras sobre masa madre: una pizza pensada para compartir en voz baja y a luz tenue.

Pan brioche levemente tostado, bife de lomo, lechuga fresca, tomate, queso tybo, alioli de limón y papas fritas caseras. Lomo, pan brioche y alioli de limón: un clásico de vereda con acabado de bar nocturno.

Pan brioche, bife de lomo, salsa criolla, chimichurri suave, huevo a la plancha, panceta dorada y papas fritas caseras. Huevo, panceta y chimichurri sobre lomo jugoso: un sándwich que huele a parrilla y sabe a fiesta.

Pan brioche, bife de lomo, rúcula, queso fontina, cebolla caramelizada, panceta crocante, salsa de mostaza con naranja y papas fritas caseras. Versión elegante del lomito: fontina, cebolla caramelizada y panceta en un bocado hecho para maridar con buenos tragos.

Corte tradicional, doradas en el momento, con sal y alioli casero. Crocantes, doradas y servidas con alioli casero: las papas que abren todos los rituales Instinto.

Papas rústicas con cebolla morada encurtida, salsa criolla casera, panceta crocante, toque de chimichurri y dip de alioli criollo. Papas rústicas coronadas con criolla, panceta y alioli: un festín desprolijo que se come de a varias manos.

Corte tradicional con chimichurri suave, huevo a la plancha encima, pimienta negra y alioli criollo. Papas, huevo a la plancha y chimichurri: energía directa al cuerpo para seguir la noche unos tragos más.

Papas rústicas con provoleta fundida, reducción de Malbec con frutos rojos, pimienta negra, hierbas frescas y panceta dorada. Dulce, salado y profundo: provoleta, malbec y panceta en unas papas pensadas para pedir “otra ronda”.

Queso pategrás, salame, aceitunas, jamón cocido, pesto suave, aceitunas negras condimentadas, alioli, pan y papas fritas caseras. Tabla fresca, perfumada y aceitosa en el mejor sentido: para arrancar la noche charlando largo y picando sin mirar el reloj.

Queso muzzarella en cubos, provolone grillado, albondigas, jamón cocido, pickles, grisines, tomates cherry confitados, pesto, pan tostado con alioli y mix de salsas. Picada de ciudad: queso, albóndigas, salsas y panes para ir y venir entre la charla, la música y la barra.

Queso, reggianito, jamón crudo, lomito ahumado, cherry confitados, provoleta a la plancha, nueces tostadas, pesto rojo, panceta crocante y pan. Quesos, crudos y frutos secos en clave Instinto: una tabla para sellar acuerdos, brindar fuerte y compartir secretos.

Carne picada a cuchillo, cebolla, morrón, huevo duro, aceitunas negras, comino y pimentón dulce. Empanada criolla bien nuestra: jugosa, especiada y con ese toque de aceituna que la hace imposible de comer de a una.

Jamón cocido natural, queso muzzarella, pimienta blanca y verdeo picado. Jamón, queso y verdeo en estado de confort food: suave, cremosa y perfecta para acompañar un trago clásico.

Muzzarella, tomates cherry confitados, albahaca, almendras tostadas y un toque de oliva. Sabores de pizza y empanada en el mismo hechizo: muzza, cherry y albahaca envueltos en masa dorada.

Panceta dorada y crocante, queso muzzarela fundido, reducción de malbec y cebolla caramelizada. Panceta, malbec y cebolla caramelizada: una empanada intensa, profunda y peligrosa de lo rica que es.

Provolone con orégano, oliva, pimienta negra y pan tostado. Clásico de barra: provolone caliente con orégano y oliva para arrancar el fuego interno.

Provolone, tomate cherry confitado, aceitunas negras, albahaca, ralladura de limón y sal. Toque cítrico y mediterráneo: cherry, aceitunas y limón sobre provolone que llega burbujeando a la mesa.

Provolone, chimichurri casero, morrones asados y cebolla salteada. Provolone con chimichurri y morrones asados: sabor a parrilla servido en plato de bar.

Provolone, panceta crocante, reducción de Malbec y frutos rojos y pimienta molida. Provolone, malbec y frutos rojos: una combinación intensa y elegante para compartir sorbo a sorbo.

La pausa necesaria entre ronda y ronda para seguir vibrando toda la noche.

Burbujeante, fresca y discreta: tu aliado para resetear el paladar sin bajar el ritmo.

Refresco cítrico y luminoso, ideal para limpiar la cabeza y seguir la charla.

Ácida, dulce y bien fría: un respiro fresco en medio del caos nocturno.

Frutal y vibrante, perfecto para quienes quieren color en el vaso sin alcohol.

Café frío y concentrado: combustible elegante para noches que no piensan terminar temprano.

El clásico universal: va sola o pedila con un vaso con hielo.

Limonada con burbujas y actitud: liviana, refrescante y lista para mezclar.

Chispa directa al sistema: para cuando la música sube y el cuerpo pide una vida extra.

Suave y playera, perfecta para bajar un cambio sin salir del mood Instinto.

Clásico verde de barra: fresca, equilibrada y lista para acompañar picadas y hamburguesas.

Malbec intenso y elegante, ideal para maridar con nuestras propuestas más nocturnas.

Vino con carácter y estructura, perfecto para quienes disfrutan cada sorbo como un ritual.

Malbec amable y profundo, pensado para acompañar la charla tanto como la comida.

Frutado y fácil de tomar, el malbec que entra en una ronda y termina en varias.

Malbec sofisticado y envolvente, para noches donde el vino es protagonista.

Especiado, elegante y distinto: un tinto para quienes se animan a salir de lo clásico.

Cabernet firme y serio, ideal para carnes y decisiones importantes de medianoche.

Blanco cremoso con guiño a la manteca y la fruta: perfecto para pizzas y provoletas.

Blanco con cuerpo y presencia, pensado para paladares que quieren algo más que “un vinito”.

Aromático y fresco, un blanco para quienes disfrutan los detalles en nariz y boca.

Rosado vibrante y elegante, ideal para arrancar la noche con algo suave pero con onda.

Rosado fresco y descontracturado, perfecto para compartir en mesa grande.

Dulce, amable y festivo: vino de postre que se toma como si fuera una excusa más para brindar.

Ligero y dulce, ideal para toda la noche sin perder la sonrisa.

Dulce tardío intenso y sofisticado: una caricia final para paladares golosos.

Brut fresco y festivo: burbujas para los que brindan antes, durante y después.

Elegancia en forma de burbuja: pensado para momentos que merecen ser recordados.

Seco, fino y preciso: para brindis serios en noches nada serias.

Color suave, burbuja fina y espíritu romántico: ideal para brindar de a dos.

Dulzor equilibrado y mucha frescura: perfecto para quienes quieren un espumante juguetón.

Espumante listo para el aperitivo: sabor intenso y chispeante para abrir el ritual.

Clásico del lujo: para noches en las que el brindis es parte del show.

Icono amarillo y burbujeante: champagne para quienes vienen a celebrar en serio.

Tequila blanco, Triple sec, Limón, Almibar y Twist de limón. Equilibrio perfecto entre ácido y dulce: un clásico que llega con sal, hielo y mucha actitud.

Ron blanco, Dash de limón, Fill de Coca Cola y Twist de limón. Ron, cola y limón en vaso largo: la mezcla sencilla que nunca falla en la pista.

Gin, Bitter tojo, Vermú rosso y Twist de naranja. Amargo, intenso y elegante: trago corto para quienes entienden de barras.

Bourbon, Bitter rojo, Vermú rosso y Twist de naranja. Versión más oscura del Negroni: bourbon al mando y final cálido de sobremesa larga.

Ron blanco, Limón, Almibar y Twist de limón. Refrescante y directo, ideal para encender el mood tropical aunque afuera llueva.

Scotch whisky, Amaretto y Twist de naranja. Whisky y amaretto en abrazo dulce y serio: trago para conversaciones importantes.

Gin, Limón, Almibar, Soda y Twist de limón. Gin, limón y soda: ligero, chispeante y perfecto para arrancar la noche.

Ron blanco, Menta, Limón, Almibar y Soda. Menta, limón y ron: frescura en estado líquido, ideal para los que bailan hasta el cierre.

Cynar, Pomelo, Menta, Limón, Almibar y Soda. Herbal, cítrico y refrescante: un trago distinto para paladares curiosos.

Fernet Branca y Coca Cola. La religión nacional en vaso alto: Fernet y cola en proporción instintiva.

Gin Spirito Blu. Gin fresco y tónica bien fría: un GT clásico para entrar al universo Instinto.

Gin Beefeater/Tanqueray. Perfil más seco y botánico: GT pensado para quienes ya tienen su gin preferido.

Gin Hendrick's/Bulldog. Gin premium, tónica y garnish cuidado: un GT para paladares exigentes.

Vermú bianco o rosso, Tónica y Piel de cítricos. Ligero, aromático y con burbuja: el aperitivo ideal para empezar a aflojar los hombros.

Aperol, Prosecco y Soda. Naranja, burbujas y frescura: trago fácil de tomar y difícil de tomar de a uno.

Pisco, Limón, Almíbar y Albúmina. Cremoso, cítrico y elegante: clásico de barra para quienes disfrutan la espuma y la acidez justa.

Whisky, almibarales y angostura. Whisky, azúcar y bitters: el abuelo de los cócteles, servido en modo Instinto.

Jägermeister, Jugo de limón, Almibar y Soda. Herbal, cítrico y bien frío: un twist distinto para quienes aman el Jäger.

Jägermeister y Energizante. Jäger y energizante: combo intenso para los que no piensan irse temprano.

Shot clásico de Tennessee: ideal para brindar corto y sentirlo largo.

Versión miel, suave y dulce: perfecto para quienes quieren whisky sin tanta pelea.

Escocés equilibrado: shot para acompañar conversaciones que van subiendo de tono.

Más humo, más carácter: para quienes disfrutan el whisky con presencia.

Blend sofisticado: pensado para los que vienen a disfrutar cada sorbo.

El lujo en un shot: whisky de colección para noches que merecen ser contadas.

Vodka, Soda y Cordial de melón y Jengibre. Refresco, frutal y perfumado: trago suave que se toma fácil, aunque la historia sea complicada.

Gin, Licor de durazno, Mermelada de higo, Limón y Tónica. Dulce, frutal y juguetón: cóctel que coquetea entre el durazno y el higo, sin pedir disculpas.

Pineral, Licor de quinotos, Jugo de duraznos, Limón y Carbón activado. Profundo, herbal y oscuro: trago con carácter misionero para quienes aman los sabores raros y memorables.

Bourbon, Té de manzana, canela y miel y Cordial de manzana. Cálido y especiado: bourbon, manzana y canela en un cóctel que huele a secreto bien guardado.

Whisky Bourbon, Macerado de limón, miel, jengibre y menta, Cynar y Angostura. Cóctel con energía saiyajin: bourbon, cítricos y miel que suben el ki de a sorbos, con Cynar y Angostura dando ese golpe amargo que te deja listo para la próxima batalla de la noche.

Ron dorado, Cordial de banana y Manteca de maní. Dorado, cremoso y goloso: banana y maní en un abrazo que pide un sip lento.

Vodka infusionado en pasas de ciruela, Jugo de arándanos, Limón, Durazno, Almibar y Tónica. Ligero, frutal y chispeante: vodka, arándanos y burbujas para brindar “por las dudas”.

Rubia suave y refrescante: ideal para arrancar la noche sin perder la cabeza.

Color ámbar y sabor maltoso: cerveza para quienes quieren algo con un poco más de carácter.

Explosión de lúpulo, aroma cítrico y tropical, amargor marcado pero prolijo, de esas que se toman despacio mientras la noche sube el volúmen.

Lúpulo al frente y amargor marcado: para los fanáticos de la birra intensa.

Equilibrada, aromática y fácil de tomar: una birra que acompaña desde la primera a la última ronda.